Las elecciones municipales, entre otras
cosas, servirán para conocer a algunos vecinos del pueblo que ahora prometen el
oro y el moro, pero que nunca antes se han dejado notar. Recuerde que
será su responsable político más cercano y que podría ser decisivo en su futuro
y en el de los suyos.
Pasadas Las
elecciones generales de hace unos días, entramos de lleno en las municipales
del próximo 26 de mayo. Estas elecciones, entre otras cosas, servirán para conocer
a algunos vecinos de pueblos y ciudades que
ahora prometen el oro y el moro pero que nunca antes se han dejado notar
y que ahora son candidatos en las listas de los partidos. En algún caso, ni siquiera son vecinos,
“paracaidistas” en el argot político, “cuneros” en el vocabulario del pueblo,
aunque tienen otras “cualidades muy interesantes”. La imposición de candidatos
desde órganos superiores de los partidos en las listas locales, es cada vez más
habitual. Con ello, se acentúa la carencia de democracia interna en los
partidos y que invita a reflexionar.
Cansados
estamos de cómo los medios de comunicación virtualizan a los candidatos de los
distintos partidos. Todos nos hablan de las maravillosas ideas que tienen, de
los magníficos doctorados que poseen, de lo notorio que fueron sus antepasados,
de lo devoto o lo agnósticos que son, pero ninguno nos habla de su acreditada o
no, vocación de servicio público, de sus actividades sociales antes de su
llegada a la política. No nos lo cuentan porque no hay nada que contar. En la
mayoría de los casos son gente que carece del más mínimo sentido de solidaridad
y una carencia importante de empatía social. En muchos casos su mayor virtud,
ha sido estar en el sitio oportuno en el momento oportuno, además de una demostrada
fidelidad absoluta al responsable de hacer la lista.
Se debe valora
a la hora de votar a las personas que tienen inquietudes a favor de los demás,
las que han tenido un recorrido social ejemplar. Las que ya han demostrado en
su vida privada esas virtudes que tendrían que ser obligadas en los curriculum
de todo el que se quiera dedicar a la política, como ya hizo observar Sócrates
en los escritos de Platón.
En España y
debido a nuestra ley electoral en las elecciones generales, los votantes no
tenemos oportunidad de votar a las personas. Todos conocemos partidos con un
buen programa y un buen candidato en Madrid pero que luego en otras provincias
imponen alguien, unas veces conocidos y otras no, a los que hay que votar con
la nariz tapada. En las municipales no se da esa circunstancia. Si no le gusta
el candidato, no lo vote. Si no lo conoce, no lo vote. No se deje tomar el
pelo, vote a candidatos solventes, alguien que ya en su modelo de vida, haya
demostrado compromiso social y respeto a los demás y por supuesto alguien que
haya sido pulcro con el respeto a la legalidad. Recuerde que será su
responsable político más cercano y que podría ser decisivo en su futuro y en el
de los suyos.
Faustino Tomares.