Hoy he presenciado como un perro suelto,
aunque acompañado por su dueño, se acercaba a otro que estaba amarrado con su
correa. El perro que estaba amarrado por desconocer las intenciones del que se
acercó, y en defensa de su amo, mostró una actitud agresiva, contra el perro que se acercó, y a pesar de no ser, de una raza para nada de las
consideradas peligrosas.
A raíz de esta situación y de que el
perro suelto salió huyendo, el dueño del mismo se dejó notar expresando según
él, la mala leche que tenía, el perro
que se había mostrado en defensa de su dueño. En respuesta a ese calificativo, el dueño del otro perro también se
expresó y en defensa de su amigo, de su perro “Si su perro hubiera ido
amarrado, al igual que el mío y tal como está obligado por las normas, nada hubiera
pasado”
Afortunadamente el incidente no
paso a más, pero podría haberse agravado si alguno de los dueños
de los perros, hubiera mostrado una actitud más violenta. Una vez más en
nuestro pueblo, se da el incumplimiento de las normas, también entre la
gente que pasea con los perros. En algunos casos, perros de los que asustan y
que pueden dar lugar a algún disgusto.
Una vez más, alguien que cumple
con las normas, expuesto a un disgusto por quien no las cumple y debido a
que los responsables de hacerlas cumplir, no aparecen. Jamás he visto a
autoridad alguna, llamar la atención, de los que llevan perros sueltos.
Faustino.